Nos ha gustado mucho la riñonera porque se mantiene en su sitio, es muy bonita, ligera y cómoda. El único inconveniente que le veo es que para introducir la bomba de insulina debes desconectarla y, además, hay que meter la riñonera por los pies, algo complejo, al menos, con mi hija de 20 meses de edad. Aún así nos gusta mucho y la utilizamos con frecuencia.